miércoles, 16 de noviembre de 2011

Capitulo 2

Me aparto de la puerta mientras digo un suave gracias.
-De nada.-Me sujeto la puerta
A la siguiente puerta ya conseguí la llave, de manera que les abrí yo la puerta.
-Gracias.-Me contestaron al unísono.
-De nada.-Dije mientras subía a toda velocidad las escaleras para llegar por fin a mi casa.
En casa no había nadie, deje la mochila en el suelo puse mis manos sobre las rodillas para recuperar el aire. –MIERDA-Se me volvió a escapar- ¿Qué narices hacía el chico sexy con uno de mis vecinos? ¿Y quien narices era esa chica? –No me lo puedo creer.-Decía mientras recorría el pasillo de mi casa para llegar a mi habitación.- El día no me podía haber salido peor.

Al día siguiente cuando llegue a clase me fui directamente a mi sitio, estaba escribiendo cuando David se me acercó.
-Toma, te dejaste ayer la chaqueta cuando lo del accidente.-Extendió su brazo con mi sudadera.
-Gracias.-Le dije mientras la cogía.
-¿Estás mejor?- Me dijo con voz preocupante.
-Si, tranquilo ya estoy bien, ayer fui simplemente…un mal día
-Me alegro, de todas maneras me tienes a mi ya lo sabes.-Me dedicó una sonrisa.
David era un compañero de clase, no le conocía desde hace mucho, pero la verdad conectamos desde el primer día, las malas lenguas de la clase dicen que esta loquito por mi, pero yo no creo eso, es un buen amigo y nada más. Era un chico bastante alto, tenía el pelo castaño claro y unos ojos muy expresivos de un color azul muy brillante que era lo que le hacía tan especial. Era un chico reservado, bastante loco, fue por eso por lo que conectamos tan bien, eso si era un gran deportista, podríamos decir que el deportista de la clase aunque también era el "empollón" por lo que la gente no le apreciaba todo lo que le tenían que apreciar, al fin y al cabo era un "bicho raro" pero pensaban eso porque no le conocían realmente, si no fuera un empollón y fuera el "graciosillo" de la clase todas las chicas estarían loquitas por el.
-Ágata…por cierto, se me olvidaba.-Decía David con un tono misterioso.
-Dime pitufo.-Sonreí
-¿Pitufo? Sabes que no me gusta que me llames así.-Me dio un pequeño golpecito en el brazo.
Le solía llamar pitufo porque su color favorito era el azul y cada día llevaba la parte de arriba con un tono azul diferente que le hacía juego con sus preciosos ojos
-¡Ay!-Me queje yo de manera burlona.-Bueno ¿Qué me ibas a decir?
-Quejica….-Sonrió.-Ariadna y Leticia me han contado que te encontraste a tu chico sexy.-Me guiñó un ojo.
-¡Que boca que tienen estas dos!
-Pues como tu si es que no te quejes y cuéntame
-Bueno vale… ¿Qué quieres que te cuente? ¿Que ayer me enteré de que un vecino mío le conoce? O  que ¿Tiene novia?
-Pues por ejemplo…
-Pues ya lo sabes.-Me gire y me puse al mirar al frente.
-¿Y como es ella?
-Pues muy mona, la verdad no me fije demasiado en ella
-¡Que raro!
-¿El que?- Le dije ofendida girándome hacia el
-Que no te fijaras en ella o que tú digas que era mona aunque seguro que no era más mona que tú.-Me guiño un ojo a la vez que me decía esa última frase.
Llegó la profesora a clase y David se sentó a mi lado, nos sentábamos juntos en clase, no paramos de mandarnos notitas y seguir con la conversación anterior o con cualquier conversación que nos pudiera distraer de la clase.

Esa misma tarde cuando estaba en casa mi madre me pidió que me sentara un momento con ella que tenía que hablar conmigo sobre un asunto, empezó a hablar y no me decía nada concreto, solo daba rodeos.
-Mamá, ¿Qué me quieres decir? No te estoy entendiendo nada.
-Pues cariño lo que te quiero decir.-Empezó a montarme otro de sus rollos que al fin y al cabo se salían del tema.
-Mamá, déjate de rodeos y ¡Habla ya!-Mi tono de voz empezó a elevarse.
-Es que no quiero que te lo tomes a mal, es algo un poco delicado.
Yo sabía que cuando mi madre decía “Un poco delicado” quería decir que la cosa era preocupante.

lunes, 14 de noviembre de 2011

NUEVA HISTORIA : SIGUIENDO HACIA DELANTE


CAPITULO 1

-¡CUIDADO!
Me dice un chico que va en una bici a toda velocidad. Me hace pararme en seco delante de la carretera y en ese mismo momento pasa un coche por el charco mas grande que hay en toda la ciudad calándome entera.
-¡MIERDA!- Chillo mirando como me había dejado el desgraciado ese.-Y todo por culpa del idiota de la bici, si fuera por donde tiene que ir…esto no me habría pasado.-Decía mientras iba camino a clase, a la vez mire el reloj y volví a decir un
 –MIERDA-pero esta vez eche a correr, eran las 8.30, tenía clase de lengua y si volvía a llegar tarde esta vez la señorita me dejaría fuera de clase y para las alturas en las que estábamos del curso no me convenía para nada.

Cuando entre por la puerta del instituto acelere aún más mi carrera, no veía a nadie por los pasillos y eso solo podía significar que era mas tarde de lo que yo me pensaba.
Llegué a la clase y unos metros antes ví a la profesora cerrando la puerta, en ese momento, solo me falto el noooooooooooooooooooo de una película americana y la cámara lenta porque me abalancé hacia el pomo de la puerta y no dejé cerrar a la señorita,
-Que sea la última vez que me hace lo que me hizo, compórtese como una señorita- me miro de arriba abajo-que se supone que lo es.
Pasé a la clase y todo el mundo me miraba, era normal iba embarrizada por culpa del idiota de la bici.

La mañana transcurrió con normalidad, mis amigas me preguntaron que narices me había pasado y les conté la historia.
-Pues tampoco es para tanto podría haber sido peor…-Me dijo Ariadna
-Claro podía no haber llegado a tiempo a clase.
-No hombre podías haberte encontrado a tu querido chico sexy.-Leticia me guiño un ojo.
-Deja de decir estupideces, habría sido demasiada casualidad, no hay más días en el mundo para encontrármelo, tenía que ser el día que voy llena de barro…
-Entonces no te quejes tanto.-En ese momento llego la profesora de Leticia y Ariadna y haciéndome burla se metieron a su clase, yo me fui a educación física que como buen lunes lo tenía a última hora.

Miro el reloj, quedan cinco minutos, voy a por mi chaqueta para que no se me olvide, algunos compañeros me piden que les coja la suya y yo sin ningún problema lo hago.
-¡GABRIELLA!
Me doy la vuelta, y me tropiezo con un balón de fútbol que se le había escapado a alguien de clase y como no, caigo en otro tremendo charco, pero esta vez de cara.
-¡MIERDA!-Digo a la vez que me levanto del suelo, empujando a David que me estaba intentando ayudar a levantarme mientras el resto se reía de mi.
-¡PUTO DÍA PUTO DÍA! No dejaba de repetir mientras iba al gimnasio cogía mi mochila y me marchaba del instituto para olvidar este horrible día

Iba por la calle quejándome del asqueroso día que había tenido no podía irme el día peor.
Por fin llegue a mi bloque, perfecto ahora no encontraba las llaves, y lo que queria era subir corriendo a mi casa para meterme en la cama y olvidar este “perfecto” día.
-Espera, que llevo yo llaves.-Escuché una voz detrás de mi
Me doy la vuelta. –MIERDA- grito para mis adentro.