Capitulo 24

Capitulo 24:

Pasaban los días, nada nuevo Tom me miraba con diferente cara a lo habitual yo me moría de ganas por decirle lo que sentía, por otro lado Edu no daba señales de vida cosa que por un lado me aliviaba pero por otro me preocupaba. Lidia y Macarena seguían ahí con lo suyo, bueno Macarena recibía muchos mensajes últimamente y solo nos decia que era publicidad.
Respecto a Tom dentro de unos días se iban a ir del hotel y se iban a ir un par de días a Asia y luego volverían a sus casas para grabar un nuevo disco, pero antes de que se fuera yo quería hablar con el pero no sabia como. Ese mismo día hable con Bill y le pedí ayuda. Bill me ayudo y me dijo que fuera a las siete en punto en el lago de al lado de mi casa Tom estaría por allí paseando a los perros como de costumbre.
Eran las siete en punto y yo estaba frente al lago veía a Tom a distancia paseando a los perros, la verdad era un sitio bastante tranquilo y se podía pasar desapercibido.
Yo me encontraba a una distancia considerable de el mirándole no sabia como empezar la conversación –Ágata venga algo te saldrá no lo pienses, será peor- Empecé a hablar sola. –Ya hasta hablo sola esto no puede ser-Agarre mi bolso fuertemente y con paso ligero me acerque a Tom.
Me quede detrás de el parada, parecía idiota pero no me salían las palabras eche una mirada al suelo y le salude
-Hola Tom.-Dije Tom con la voz bastante quebrada
Tom se giro y se me quedo mirando no decía nada, yo seguía con la cabeza agachada pero podía notar como me miraba, note como sus manos tocaban mi cara y me levantaba la cabeza delicadamente, yo le mire a los ojos mientras el miraba a los míos nos quedamos un rato mirándonos hasta que empecé a hablar
-Tom…Tengo que…
Tom no me quiso dejar acabar la frase. Cuando me quise dar cuenta sus labios estaban sobre los míos mientras los dos nos fundimos en un romántico beso.
Sentía que ese momento era mágico, que no había nada a nuestro alrededor, solo el y yo el resto del mundo no me importaba sobre me importaba el. Yo me deje llevar puse mis manos sobre su cuello y se le seguí aquel beso que tanto había esperado.